El sonido de las campanas marca el ritmo de la vida cristiana de una comunidad parroquial. De ellas dijeron los poetas que son voz de Dios que nos convoca, que celebra nuestros gozos y tañe su dolor en nuestros lamentos. Las campanas forman parte de nuestra vida repicando en bautizos, bodas, entierros y comuniones.
Desde hace un par de años la campana de nuestra iglesia dejó de sonar: el correr del tiempo había hecho que su badajo se pudriese hasta desprenderse. Con anterioridad a esto, debido a su deterioro, se había instalado un sistema de megafonía que sustituyó desde hace años el sonido natural de nuestra campana, que ya solamente se utilizaba para voltear en las grandes celebraciones. También este sistema eléctrico se había estropeado y desde hace aproximadamente un año dejó de marcar las horas e incluso en ocasiones resulta imposible repicar los toques de las celebraciones; el sistema es tan arcaico que nos indicaron desde el principio que arreglarlo suponía un coste más elevado que su sustitución.
El Consejo Parroquial de Asuntos Económicos decidió en sesión extraordinaria celebrada la pasada semana, acometer durante el verano el arreglo de la campana. La empresa a la que se ha confiado la tarea es Campanas Roses S.L. con sede en Torredonjimeno.
El día 9 de julio se ha procedido a desmontar la campana. El arreglo consistirá en la elaboración e instalación de un yugo en acero de primera calidad, la fabricación de un nuevo badajo en acero blando y un martillo de acero galvanizado que garantice la seguridad, durabilidad y sonoridad de la campana, así como la instalación de un motor eléctrico que haga que nuestra campana vuelva a sonar.
Se trata de una campana con historia. Tiene más de un siglo y presenta dos inscripciones, una con el año de su fundición (1914) y otra con su nombre “SAGRADO CORAZÓN”. En breve publicaremos un artículo de D. Sebastián Barahona, cronista de la Villa, indicando su origen y procedencia.