“El amor no es cosa que se aprende y sin embargo, ¡no hay nada que sea más necesario enseñar!” Con estas palabras el Papa Juan Pablo II incidía en la importancia de enmarcar la sexualidad dentro del amor humano como el verdadero camino que lleva ésta a su plenitud. Educar los gestos del cuerpo para que expresen la belleza y la verdad que encierran es una tarea que se debe enseñar.
Desde la convicción de que ésta misión corresponde ineludiblemente a los creyentes, en la mañana del sábado 3 de marzo el Centro de Orientación Familiar de nuestra diócesis se trasladó a nuestro pueblo para impartir un curso de orientación afectivo sexual a los jóvenes de los grupos Kairós.
A través de diversos talleres los jóvenes profundizaron en su visión de la sexualidad y en la necesidad de integrarla dentro de un proyecto creyente de la vida.
