Los niños y monaguillo de nuestra parroquia participan en el VIII Encuentro Diocesano

El sábado 3 de marzo se celebró el VIII Encuentro Diocesano de Niños y Monaguillos en el pueblo de Jódar con el Lema: “Unidos a Jesús y a los demás”. En el participaron 40 niños de nuestras parroquias y algunos catequistas.

Con este encuentro desde la Delegación de Infancia y Adolescencia y el Secretariado de Monaguillos, se ha querido que los chicos de la Diócesis convivan y experimenten la alegría de la fe en “Comunión” con otros niños llegados de más de 30 parroquias de toda la provincia, más de 700 en total.

Empezamos la mañana en el CEPR- Arroquia-Martínez con la acogida de los niños acompañados de sus catequistas, padres y párrocos y la recogida de alimentos con el que se quiso tener un gesto de comunión con los hermanos necesitados de Jódar.  Acto seguido tuvo lugar el saludo de bienvenida y la oración de la mañana para ponernos en presencia y en las manos del Señor.

Una vez distribuidos los chicos por grupos, se empezaron los talleres, para que de una manera lúdica, pudieran conocerse entre ellos, descubrir lo mucho que les une y, a través de un pasaje de los Hechos de los Apóstoles (2,42-47) descubrir que ellos pueden ser también discípulos de Jesús. Discípulos que escuchan, que tienen paciencia, comprenden y están llenos de la alegría de Dios.

Como la lluvia nos dio una tregua, pudimos comer al aire libre y tener un rato de juegos y de baile amenizados por los chicos voluntarios de Jódar y algunos adolescentes Kairós que, desde primera hora de la mañana, nos echaron una mano en la organización, traslado y acompañamiento de los grupos.

A las cuatro empezó la misa en la Parroquia de la Asunción, presidida por nuestro obispo, Don Amadeo, los párrocos de Jódar D.  Pablo y D. Bartolomé y varios de los sacerdotes de los distintos pueblos que nos acompañaron en el encuentro.

Fue una celebración muy cuidada y entrañable en la que Don Amadeo dirigió a los niños palabras llenas de afecto que fueron correspondidas por todos con aplausos al final de la misma.

Una vez finalizada la Eucaristía, todos volvimos a nuestros lugares de procedencia, un poquito cansados pero con el corazón lleno de grandes experiencias y rebosante de alegría y seguro que con más amigos de los que teníamos antes de llegar.

Le damos gracias a Dios por todos los niños que han participado y que nos ha puesto en nuestras manos. Sin ellos no hubiera sido posible este encuentro que nos ha ayudado a todos, sin lugar a dudas, a estar más unidos a Jesús y a nuestros hermanos.